Para impactar en los resultados de la empresa a través de los datos, se pueden llevar a cabo acciones de distinta índole: desde estratégicas hasta más concretas y tácticas.
A nivel estratégico, no hay que olvidar que las empresas existen para ganar dinero, lo que lleva a las KPIs de rendimiento a formar una parte fundamental en el camino del éxito. La decisión sobre el nivel de margen y la rotación es la definición completa de un modelo de negocio. A partir de ahí, el camino sigue por buscar variables correlacionadas positivamente para influir en el rendimiento.
Por ejemplo, las empresas como Armani y Carrefour arrojan modelos de negocio bien dispares: mientras que el primero se basa en el lujo, generando márgenes propios de productos exclusivos, y centrándose en segmentos del mercado muy específicos, el segundo destina importantes costes en la distribución de los productos, vendiendo grandes cantidades aunque con un margen mucho menor.
Una vez definidos esos KPIs, es necesario acceder a una actuación más táctica. Es fundamental entender cómo funcionan los departamentos clave con impacto directo en el rendimiento. En el pasado, las decisiones se basaban en la intuición y experiencia. Ahora se dispone de modelos que permiten acceder a un conocimiento más avanzado, y así disponer de una mayor riqueza de información.
Sucede en muchas ocasiones que, por desgracia, una vez hecho el trabajo de análisis, las conclusiones y las recomendaciones no ayudan a cambiar nada, porque la estrategia va por otro lado. Es un hecho que aunque, se dispone de importantes capacidades tecnológicas y de análisis, la inercia de las rutinas diarias pueden más, y no permiten la adaptación a los cambios del mercado.
Como primera línea de actuación táctica, se recomienda hacer un análisis breve del que se puedan extraer conclusiones junto con el tomador de las decisiones, y así entrever si le sirve el análisis, con el fin de ir modulando el proceso bajo un sistema de mejora continua.
Sin duda, es un reto demostrar que la capacidad de extraer conocimiento de los datos aporta, ya que se trata de un proceso de colaboración continua que ha de buscar resolver los problemas del día a día. De hecho, no existe un gran número de profesionales que estén dotados con las características que permita la adecuada explotación de los datos; de ahí, que aquellas empresas que dispongan de ellos, alcanzarán una mayor ventaja, como están haciendo en la actualidad empresas como Google, Netflix o Airbond.
También sucede que, difundir la cultura de datos a nivel global no es fácil; de ahí que lo bueno sea empezar por lo pequeño y acudir a un stakeholder que haga la “venta” al resto de departamentos, aunque somos conscientes de que si la dirección no apoya ni ayuda a la decisión, nos encontramos con una gran barrera.
La cultura de datos va de personas, no hay duda de que son una variable fundamental en el cambio. Es difícil cuando los trabajadores conviven bajo un mismo espacio temporal y cada uno de ellos dispone de una realidad distinta. Es habitual que las personas se sientan amenazadas por el cambio, por eso es importante aportarles herramientas que les ayude a desarrollar las nuevas competencias que han de adquirir.
La transformación digital ha sufrido una evolución veloz, en donde grandes cambios se han sucedido en menos de media generación, y eso hace más difícil seguir el camino del cambio. Lo que hoy funciona, puede no hacerlo mañana.
En conclusión, el mapa lo tiene que hacer uno mismo mediante la prueba y error, porque en el mundo de la digitalización, hay cosas que nunca nadie ha hecho antes.
Si quieres seguir profundizando en la transformación digital, aquí hablo en OndaCro de PRNoticias sobre el tema junto a Alejandro Doncel de Kschool y Antonio Pita:
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