Como ya he explicado en este blog, en lo que afecta al trabajo del analista digital, existen diferencias entre trabajar en consultora o cliente final. En la primera, el analista tiene la posibilidad de expandir su conocimiento en diferentes sectores que sin duda es una gran fuente de aprendizaje. Y en la segunda, el conocimiento que se adquiere del negocio es mucho más enriquecido y profundo. Como hace un tiempo os mostré como es el trabajo de un analista en cliente final, y ahora ha llegado el momento de ver cómo es el día a día del analista en consultoría. Para ello, y también para conocer en qué momento se encuentra esta disciplina, cuento con la ayuda de Roberto Ballester, Analista Digital en la consultora Merkle Divisadero.
Desde la experiencia de Roberto, para que el analista pueda hacer su labor en un entorno como el de una consultora, además de contar con su background y habilidades específicas, también es muy importante que entienda el lenguaje del negocio. Lo más óptimo es que para materializar este entendimiento, el contacto del equipo de análisis con el cliente debe ser continuo. Pero hoy en día se pueden dar casos tales como que parte de un equipo no se encuentre en la misma localización donde se ubica el cliente. Entonces, ¿cómo se puede trasladar ese conocimiento de negocio a todo el equipo? Aquí es cuando entra en escena la figura del gestor del servicio. Además de ser el responsable de gestionar la relación entre clientes y proveedores, también es el responsable de trasladar a su equipo el conocimiento del negocio en el que están trabajando. Para ello el desarrollo de soft skills tales como la empatía son una de sus mejores herramientas. Esto no significa que esta labor sea solo responsabilidad suya. Cada analista tiene la tarea de hacer suyo el servicio y conocer tanto el contexto como la estrategia, para así poder hablar el mismo lenguaje del negocio con los stakeholders.
La evolución de la analítica: del Web Analytics al Digital Analytics
Día a día se observa que la evolución continua de analítica digital y su efecto en el negocio hace que el profesional de esta rama adquiera un mayor protagonismo dentro de las empresas, lo que se traduce en un trabajo cada vez más complejo para los profesionales que se dedican a ello.
Sin ir más lejos, esta evolución se ha visto reflejada en la denominación de la especialidad a lo largo de los últimos años. Con el aumento de las fuentes de datos, en menos de diez años la disciplina ha pasado de ser analítica web (datos procedentes de web) a denominarse analítica digital (datos procedentes de diferentes fuentes digitales). Y seguimos avanzando. En el nuevo ecosistema analítico en el que nos encontramos, la labor del analista ya no se limita únicamente en el análisis de datos digitales, sino que también se incluyen otro tipo de fuentes para conseguir un impacto más significativo en el negocio. Se podría decir que es un analista de datos.
Gran parte de esta evolución no se estaría dando sino fuera por la cultura de las empresas. Son ellas las que aprovechan la oportunidad que ofrece el análisis de sus datos de cara a la toma de decisiones de negocio. Sin duda, se ha unido la labor de evangelización del analista, motivada por la pasión hacia los datos, con el ecosistema de madurez del mercado actual.
El aprendizaje en un entorno analítico
Como hemos comentado antes, los profesionales que trabajan en analítica viven día a día la evolución vertiginosa de esta disciplina. Esto hace que la adquisición de nuevos conocimientos casi a diario se convierta en una necesidad. ¿Y cómo se puede avanzar en dicho aprendizaje? Existen diferentes fuentes que sin duda son de gran ayuda:
- Una de ellas es sin duda el entorno laboral. El analista digital es una pieza dentro del engranaje que conforma un proyecto, por ejemplo, el cual está compuesto de diferentes departamentos: Customer Experience, CRO, Programática… Todos analizan sus propios datos, pero la posibilidad de trabajar en conjunto es una buena oportunidad de crecer ya que se aprende de cada área. De todos el analista aprende y a todos el analista aporta.
- Otras de las fuentes de aprendizaje son las propias herramientas de analítica. En el caso de consultoría, cada proyecto es una herramienta diferente, y eso significa que al trabajar con diferentes clientes al analista se le abre la posibilidad de incorporar nuevas habilidades y conocimientos tanto de la herramienta como de los diferentes sectores.
- Y por último, el autoaprendizaje fuera del horario laboral también es un ejercicio necesario que se repite en muchos profesionales de la analítica para seguir evolucionando en su carrera. Aunque es tiempo personal, al final es un paso imprescindible.
Como podemos ver, la profesión del analista requiere de mucha dedicación ya que tiene a su alrededor una gran cantidad de agentes que están actuando simultáneamente con él: el área de DMP, el área de programática, el área de CXO, el área de IT, etc… , y para poder trabajar en conjunto con todos ellos, es necesario conocer su lenguaje para así trasladar los insights del negocio de manera correcta. Y esta es una labor la cual debe desarrollar.
La realidad es que el analista digital tiene que esforzarse mucho ya que el mundo de la analítica está en continuo crecimiento. Por eso es importante saber adaptarse al momento y estar dispuesto a aprender continuamente. De cara a su crecimiento, tenemos la suerte de que dentro de la disciplina existen muchas vías de especialización en las cuáles seguir evolucionando como profesional. Pero para escoger el camino que mejor convenga a cada uno, es importante tener en cuenta saber elegir cuál es el más idóneo.
A continuación, te invito a que te unas a la conversación que tuve con Roberto en este episodio del podcast.
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¿Qué ha pasado en el último mes?
- Estuve en el evento «El País con tu futuro», organizado por El País donde tuve la gran oportunidad de acercar la analítica digital a un público muy especial: jóvenes estudiantes de bachillerato.
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